TRANSCRIPCIÓN DE LA HISTORIA DE SARA Y VICTORIA

Hoy en Almas Creativas te voy a presentar a Sara y a Victoria, Petit Alalá, dos mujeres fascinantes,

a las que la curiosas y pasión por la creatividad, el diseño, el cuidar y mimar los pequeños detalles, y sobre todo el respeto a ellas y a su trabajo, les ha llevado a crear un mágico y dulce sueño,

en el que el amor por lo que hacen, y por dar lo mejor de ellas, se palpa en cada una de sus creaciones.

Dos almas valientes, luchadoras y muy comprometidas, que han apostado por crear su propia marca de ropa infantil, Petit Alalá, llevando por bandera la calidad, y la originalidad, teniendo su propia identidad, consiguiendo cautivar y despertar emociones

Sus creaciones destacan por la fabricación artesanal de cada prenda, diseñada, cortada y confeccionada en España.

Conquistar sonrisas es su mayor alegría, si te pasas por su web www.petitalala.com, estamos seguras que te conquistarán, como lo han hecho con nosotras. 

Sara

Es impulsiva, alegre, curiosa e inquieta, cuando algo despierta su curiosidad y consigue atraparla, pone todos sus sentidos y el 200% de ella.

Piensa que la creatividad es una cualidad de la persona que nace y muere con ella, que es como un don, que haga lo que haga sea cual sea su vocación, esa persona siente todo lo que hace, lo vive de diferente manera.

Que los que son creativos tienen claro a lo que quieren dedicarse, desde pequeños

Siempre fue una niña muy creativa, recuerda que cuando veía a su madre cosiendo, se quedaba ensimismada imaginando la nueva colección que les iba a crear a sus muñecas con la tela que sobrara, se ponía tan nerviosa que no veía el momento de comenzar a crear esos vestidos. 

Habla de su infancia como una época muy bonita y feliz, recuerda jugar con la goma en la calle, al escondite, caerse con los patines… cosas tan bonitas, como ir al campo a hacer coronas con flores para ponerselas en la cabeza.  

Cuando terminó el colegio, decidió hacer bachiller, los ordenadores y la tecnología no le gustaban, para ella no hay nada como un lápiz y un papel. 

Su abuela decía que tenían una venilla artística de pintura en la familia, que dibujaban muy bien.  

Sara, se dio cuenta que el bachiller no era lo suyo, pero ella quería seguir formándose, su madre le animó a apuntarse a una escuela de dibujo artístico que había en el remolar, la fascinó. ¡Disfrutaba de sus estudios de dibujo!

Viendo que se le daba bien ese mundo, y el diseño le gustaba, buscó una escuela de diseño, la encontró en Hospitalet. 

Su profesor de diseño, José Rivero, se fijó en las habilidades y capacidades de Sara, el gran potencial que tenía. Le animó a estudiar en una de las mejores escuelas de diseño de moda de Barcelona, él se formó allí, y sabía que para Sara sería una oportunidad para tener un futuro mejor.

Diseño, patronaje, confección, un mundo que le fascinaba. Antes de estudiar diseño, ya se compraba telitas, y con la máquina de coser de su madre, se hacía su propia ropa. Pero le faltaba técnica, conocimientos, pulirse para llegar a brillar, su profesor supo ver en ella ese diamante en bruto.

Sara, es consciente de lo importante que es tener a una persona que crea en tí y que te apoye, que sepa ver lo que muchas veces no somos capaces de ver en nosotros mismos. 

Entrar en esa escuela cambió su vida, encontró su vocación y pasión por un mundo que la atrapó desde el primer momento. Sus padres han sido un gran apoyo para ella, y está muy agradecida por todo lo que han hecho.  

Mientras estudiaba, ayudaba a su madre en la panadería, y comenzó a trabajar en el Corte Inglés. Gracias a ese esfuerzo pudo estudiar, se sacó su título. 

Hizo las prácticas en una tienda de patronistas, donde cogió mucha técnica.

Entre las muchas formaciones que siguió haciendo, cabe destacar un máster en dibujo artístico en el proceso de la moda, que hizo en la Universidad de Barcelona. 

En Pronovias, trabajo en control de calidad. Hablando con la encargada, le dijo que ella era diseñadora, patronista. 

Le hicieron una entrevista y comenzó a  trabajar de ayudante de patronista. Estaba contenta, pero no estaba completa, no quería estar toda su vida de patronista, tenía otras inquietudes.  

Siempre ha sido muy franca en decir lo que piensa, eso alguna vez le ha traído consecuencias. Cuenta como en una entrevista, para supuestamente hacerle fija, confesó que su pasión era diseñar, que en el momento que encontrara su vocación dejaría el patronaje. No la renovaron.

Pero su vida siguió adelante con más sorpresas…

Para ella lo primero eran sus estudios, su trabajo, siempre creyó que iba a vivir de diseñadora, en un ático en Barcelona sola. Pero el destino es caprichoso y en la vida de Sara apareció el amor, en ese momento todavía no sabía que su vida cambiaría para siempre.

Dejó el Prat de Llobregat para irse a vivir a Écija, allí es donde comenzaría su nueva vida, donde Sara haría realidad su sueño de ser diseñadora. Se casó y fue mamá. 

En Écija trabajó en la tienda de su suegra, hacía los escaparates, recuerda que en una ocasión le dijeron que había creado una obra de arte!!! De los trastos de su suegra le encantó una silla de madera antigüa, la pintó en color sangre, y el asiento lo forró de papel de periódico y lo barnizó, quedó chulísima…Una simple silla vieja, la protagonista de su escaparate!!! 

Al ver que sus hijos  ya eran un poquito más mayores,  quiso probar de lo suyo, y comenzó a trabajar para una casa que creaba ropa infantil, estaba muy contenta, volcada en su nueva aventura profesional.  

Le encanta lo sofisticado, la elegancia, se emociona viendo tejidos, dice que con tocarlos y ver su caída, vuela su imaginación y ve la prenda, le hace sentir viva. Siente una sensación de placer cuando el resultado es perfecto, tal cual lo imaginó. 

Llegó el covid y empezó a teletrabajar. Sara seguía sintiendo que algo le faltaba, que no terminaban de valorarla, quería crear su propia ropa, pero no se atrevía. No terminaba de ver su potencial, de creer en ella, dice que es muy indecisa. Pero tiene muy claro que ser creativa, es lo que le hace sentirse viva, que crear le aporta satisfacción mental.

Victoria

Es entusiasta, alegre, curiosa, metódica y perfeccionista, está aprendiendo a soltar un poquito el control, aunque le cuesta, es paciente y con los pies en la tierra. 

Nació en Écija, en una familia muy humilde. 

Su infancia la recuerda como una época muy bonita. El colegio donde estudió, es el mismo donde estudiarían sus hijos, y donde conocerá a Sara, la persona que haría realidad su sueño de ser diseñadora y creadora de su propia marca de ropa.

Sus padres, le inculcaron el respeto, el saber estar, educación, los valores, que hoy en día comenta que se están perdiendo. 

Victoria era buena estudiante, no era la típica empollona pero le gustaba un libro, un material escolar, una libreta nueva, estaba acostumbrada a adaptarse a lo que tenía. Una caja de lápices de colores, para ella era un lujo. 

Desde pequeña le encantaba dibujar, rotuladores, pinceles, acuarelas, todo lo que fueran manualidades, plastilina, escayola, marquetería… le divertía y lo disfrutaba mucho. 

Dice que la creatividad y el diseño es algo que ha ido descubriendo a lo largo de su vida, que ha ido creciendo con ella.

Recuerda tener un juego de diseño de moda donde intercambiaban las piezas para hacer en papel, modelos con prendas, dibujos y texturas, y luego poder recortar y hacer colecciones.

Su madre, le enseñó a coger una aguja, a bordar, le entró el gusanillo y empezó a hacer a mano ropitas para sus muñecas.

Ya con 11, 12 años empieza a fijarse en la costura, a curiosear revistas de patrones, a sentirse atraída por los diseños. Le encantaba comprar revistas de alta costura y jugar a hacer sus propias prendas, réplicas o transformando detalles. 

Le fascinaba inventar, todo le llamaba la atención y le atraía, era una niña muy curiosa.  

Piensa que si  la hubieran apuntado, a pintura, a corte, a costura hubiera desarrollado muchísimo más su creatividad, se hubiera encaminado a estudiar algo de creatividad.

Siempre le ha gustado mucho el baile y la música. Recuerda que en una fiesta de fin de curso, participó en una coreografía, haciendo playback del grupo Europe, junto a sus compañeros crearon su propia guitarra de cartón y la batería. 

Ha cogido pequeñas habilidades de muchas cosas.

Estudió Formación Profesional, estudios de administración. 

El diseño y confección, continuó tomándoselo como un hobby y siguió aprendiendo a crear nuevos diseños de forma autodidacta.

Al terminar la FP, cursó una diplomatura en Relaciones Laborales, enfocadas al trabajador. 

Comenzó a trabajar en prácticas en una gestoría con un abogado, aprendió mucho, y le sirvió para ver la gran diferencia que hay entre estudiar y trabajar, no todo era tan bonito como pensaba…

Posteriormente trabajó de administrativa hasta que se quedó embarazada, y se fue acomodando a vivir la experiencia de ser mamá. Empezó a desarrollar su creatividad haciendo ropita para su niña. 

Pensaba en oposiciones para la seguridad social, y nació su segundo hijo. 

Asegura que sus hijos han sido una  inspiración para diseñar y crear,  les hacía ropita para ocasiones especiales.  Hacer manualidades y la costura eran parte de su día a día como madre. 

Incluso se atrevió a hacer trajes de flamenca para toda la familia, la costura siempre ha estado presente en su vida. Al no tener formación en diseño, le hacía estar insegura y le impedía cobrar. Hacía arreglitos para amigas, y vecinas.

En el colegio donde iban sus hijos, conoció a Sara, y poco a poco fueron haciéndose amigas, participaban en las actividades escolares, sus niñas y sus niños tienen la misma edad. Creaban disfraces, y montaban fiestas temáticas junto al resto de mamás. 

Victoria viendo el trabajo de Sara, su creatividad, su estilo, el gusto que tiene,  le decía, tú estás desperdiciada, es una lástima con el talento que tienes.

Sara tenía ganas de hacer algo, pero sola no se atrevía, demasiada carga para ella, con alguien cerca se veía valiente, y  vio en Victoria a esa compañera/socia con la que se atrevería a crear su propia marca, se lo propuso, y Victoria dijo sí.  

Para ellas es un reto personal poder sentirse realizadas, dar rienda suelta a su creatividad y habilidades, y hacer de ello su modo de vida. 

Había que ponerle un nombre al proyecto, ¿Cómo se llamaría? Victoria comenzó a buscar por internet una palabra que creara una emoción relacionada con los bebés, buscaron en varios idiomas,  sin saber cómo, apareció “Alalá”, que en el lenguaje caló significa ALEGRÍA, palabra que las representa a ellas. Sara es gitana, y está muy orgullosa de serlo. 

Dicen que tener su propia marca les hace sentirse valoradas por lo que hacen, que cuando creas para alguien estás regalando tu don, tu habilidad, tu tiempo, tu dedicación y eso te hace sentir especial, ya que es algo innato que no todo el mundo tiene, al mismo tiempo lo ven como un reto personal y de superación.

Están en un momento de Ilusión, a pesar de las dificultades.

Compaginar vida familiar y negocio, y en el caso de Sara combinar el trabajo en Petit Alalá con el trabajo externo en otras casas de moda,  les hace ir un poquito más lentas. 

Recomiendan que la persona que tenga una idea y quiera llevarla a cabo, la vaya lanzando poquito a poco, bien asesorada, y sobre todo que tenga un buen producto. Insistir e insistir, cuando las cosas se hacen bien, tienen recompensa. 

Dentro de 5 años se ven con un local, con taller propio, teniendo su equipo de confianza, siguiendo creando, les gustaría tener una clientela fiel, disfrutar y viajar con su negocio.

Les hace mucha ilusión cuando les mandan fotitos con sus diseños, se les pone una sonrisa de oreja a oreja.  Esperan que la gente esté contenta con su trabajo, que sus creaciones den alegría.  

Su lema ¡Conquistar sonrisas es nuestra mayor alegría! lo compartimos al 100%. Desde Almas Creativas estamos convencidas que sus maravillosas creaciones llenan de alegría. Pásate por www.petitalala.com y podrás comprobarlo por ti mismo. 

Muchas gracias Sara y Victoria, por vuestra generosidad al compartir vuestras risueñas y alegres Almas Creativas, por enseñarnos la importancia de darle valor a nuestro trabajo, a los pequeños detalles, y a ser capaces de innovar.

Gracias por ser un ejemplo de creer en nosotros mismos, por no perder nunca la ilusión, y pasión por lo que se desea. 

Texto y voz Mariví Porras www.tuamigaonline.com

Música Audionautix.com