Hoy, en Almas Creativas, voy a presentarte a Coral Rivero, una artista con una sensibilidad única, capaz de capturar lo invisible: esos instantes efímeros que se escapan al ojo, y que vibran en el alma. Su arte es un latido que se expresa en el silencio, desbordando emociones con cada trazo de su pincel.
Curiosa e inquieta, Coral vive en constante búsqueda: aprender, mejorar y transformar.
Su mayor fortaleza es esa creatividad inagotable, una fuente de plenitud que da sentido a todo lo que hace.
Nació en Cabezón de la Sal, un pequeño pueblo de Cantabria. Fue una niña muy sociable, con el paso de los años, esa esencia no ha cambiado, aunque hoy en día tiene claro que también necesita su espacio y su tiempo para hacer lo que más ama. En el silencio, es donde se siente más cómoda, donde se conecta consigo misma y puede crear en libertad.
A los 13 años, su vida dio un giro brutal. La pérdida de sus padres marcó un antes y un después, un dolor profundo que aún la acompaña. Reflexiona sobre cómo ese revés que le dio la vida, la hizo más fuerte, aprendió a espabilar, a nutrirse emocionalmente, a encontrar las herramientas para seguir adelante y estar bien.
Desde pequeña, le atraía todo lo que era crear, inventar, todo lo artístico le fascinaba, aunque no pensaba que tuviera talento. En el instituto, una profesora de dibujo, propuso hacer unos murales en el hall, y se apuntó. En ese momento todavía no sabía que la pintura se convertiría en su pasión, en su vida.
Coral comenta, que
echó de menos a ese profesor que le viera, que reconociera ese brillo especial que ya estaba en ella, ese talento, que le enseñara a descubrirse, a entender por dónde empezar a caminar para construir su propio sendero
Cuando acabó el bachiller, decidió irse a Santander, a estudiar arte y decoración. Por las mañanas trabajaba en una casa limpiando, haciendo la comida, llevando a los niños al colegio, con eso se pagaba el alquiler y la comida, y por la tarde iba a la escuela.
Su jefe le comentó que porque no se iba a Barcelona, allí hay más escuelas, tendrás más oportunidades.
Coral, se lo dice a sus abuelos con los que vivía desde que fallecieron sus padres, y después de unas cuantas negativas, su abuelo accedió a apoyarla y ayudarla.
Con 18 años y mucha ilusión, Coral comienza su nueva vida en Barcelona. Se inscribe en la escuela de Artes y Oficios, especializándose en estampación, su curiosidad le lleva a apuntarse a todos los cursos que podía.
Tras un viaje, le encanta viajar sola y explorar ciudades, museos, librerías…, decide regresar a Cantabria. Se inscribe en una escuela de cerámica, donde descubre su amor por la escultura. Ese descubrimiento la lleva a tomar la decisión de irse a Madrid, donde se matricula en la Escuela de Arte y Oficios de la Palma, sumergiéndose en el mundo de la escultura durante los siguientes cuatro años.
Trabajaba en lo que iba surgiendo, y pronto se dio cuenta de que en todos los trabajos la hacían encargada. Siempre terminaba llevando los grupos, resolviendo problemas. Fue entonces cuando comienza a ver el potencial que tiene, a creer en sí misma.
La contrataron para trabajar en el pabellón de los descubrimientos de la expo en Sevilla, una experiencia inolvidable.
En su búsqueda constante por crecer, Coral decidió apuntarse a un curso de montador de escenografía. Fue allí donde, gracias a una compañera, surgió la oportunidad que cambiaría su camino: trabajar en una obra de teatro. Así comenzó su etapa en Calenda, una de las productoras de teatro más prestigiosas del país. Al principio, se encargaba de la escultura, y cuando era necesario pintaba. Fue entonces cuando descubrió, casi por casualidad, que la pintura era algo que la atraía y que la fascinaba. La curiosidad la lleva a explorar ese mundo, a dejarse sorprender por él.
Esa época la recuerda con mucho cariño, como una etapa llena de aprendizajes y crecimiento. Uno de los recuerdos más especiales, fue cuando tuvo la oportunidad de participar en la escenografía para el teatro Romano de Mérida, en la obra Los Bosques de Nix de Miguel Bosé. Estar allí, inmersa en ese ambiente tan inspirador, era como vivir en un sueño, donde el arte cobraba vida.
Su dedicación y pasión por lo que hacía la convirtieron en un pilar esencial para el equipo, alguien en quien todos podían confiar
Fueron ocho años en Madrid, en ese universo creativo, que le brindaron la oportunidad necesaria para seguir creciendo personal y profesionalmente.
Unas navidades, su abuela enfermó, y Coral, decidió dejarlo todo y volver al pueblo para cuidarla.
Cuando falleció su abuela, 3 años después, decide volver a Barcelona. Allí trabaja en lo que le salía, en una galería de arte, también sigue formándose. Durante 5 años, iba 1 sábado al mes a la Ampurda a un taller de búsqueda, identidad y proceso, que impartía un gran escultor del que aprendió mucho.
Afirma que cuando estás trabajando en otras cosas, te cuesta pintar, no tienes tiempo, cabeza, energía
A lo largo de su camino, ha explorado diversas formas de crear: pintar en seda, serigrafía, estampación en camisetas. Su curiosidad no tiene límites, todo lo que sea crear es un campo infinito.
Para ella, todo es importante: dominar la técnica, ser refinado y, al mismo tiempo, transmitir lo que sientes. No es fácil, pero cuando lo logras, es algo mágico. Siempre hay que arriesgar, probar y seguir aprendiendo, el arte refleja tu energía y estado emocional. Pinta cuando está bien, cuando no tiene energía, no puede pintar.
Comenta que el mundo del arte a menudo está envuelto por un ambiente muy superficial, en el que ella no se siente cómoda
La honestidad es uno de sus valores más importantes; siempre busca ser fiel a lo que hace. Si algo no funciona, no lo muestra, lo rompe o lo guarda, y comienza de nuevo. No pinta por pintar, busca que su arte transmita algo profundo, la gente lo ve, y le dicen maravillas.
Pásate por su Instagram coralrivero.s, y compruébalo por ti mismo, quién sabe, quizá te enamores de alguno de sus cuadros, te inspire para encontrar tu pasión.
Coral se sumerge por completo en el proceso creativo, especialmente en la pintura abstracta, donde vive algo profundo. Comienza con una idea que se convierte en un diálogo con el cuadro, un proceso de transformación constante. Cada trazo genera una respuesta, y cada paso la lleva a un lugar inesperado. A veces se sorprende de lo que está creando, “¿De dónde ha salido esto?” Y esa sorpresa es lo que la cautiva.
Para Coral,
el proceso creativo es un viaje de aprendizaje, donde lo inesperado siempre lleva a algo único, asegura que lo bonito es lo que está pasando mientras pintas
Ser creativo es una forma de mirar, de ver las cosas. Cuando haces una ensalada, cuando miras una flor, cuando friegas un plato. Tu cerebro procesa diferente a otras personas, siempre estás viendo algo, tu forma de sentir las cosas, de mirarlas, de verlas, es diferente. Si eres creativo, lo eres.
Trabajando con su hermano, el diseñador José Rivero, le surge la idea de crear joyas para venderlas en su tienda, también diseña chales de seda para la ropa de fiesta. En esa época tenía muy poco tiempo para pintar, solía hacerlo los domingos, que era su día libre.
A ella le hubiera gustado que alguien le hubiera ayudado antes para avanzar más, aunque el camino que ha hecho ha sido bueno, a veces difícil. Ha llegado a un sitio que le gusta donde está. Tiene una vida en la que es feliz, lo que más valora, es ser dueña de su tiempo.
Vive en Calafell, en una casa desde la que ve el mar, donde tiene su estudio y es libre para crear.
Dar clases a los niños es algo que le llena, un modo de aportar su granito de arena. Siempre les dice que son artistas, pero sabe reconocer a quienes tienen talento y potenciarlo. Su objetivo es que todos saquen su máximo potencial, reforzar su autoestima y valorar su creatividad, algo fundamental.
Para ella, todos tenemos talentos, aunque a veces tardemos en descubrirlos. Su propio camino ha sido difícil, le costó mucho encontrarle, reconocer su valía, tener confianza en ella. Por eso, ahora dedica tiempo a ayudar a los demás a ver sus fortalezas.
Si tienes talento, te anima a desarrollarlo, a que no lo abandones, a que tengas inquietud y busques como alimentarlo, que crees y sigas creando
Para Coral, lo importante es el viaje creativo. Al viajar buscas respuestas, lo que te pasa, lo que añoras, lo que has perdido. Todo se convierte en un proceso creativo de lo que encuentras. Es un viaje para conquistar ese lugar dentro de ti, cuando lo encuentras, los conflictos internos desaparecen, todo encaja en su sitio, al lograrlo te sientes completo.
La inspiran muchas cosas, la música, la poesía, mirar el mar, la naturaleza, el Delta del Ebro, paisajes en los que no hay nada, pero hay todo, los campos de arroz.
No trabaja por encargo, no le sale, cosas que le han encargado siguen esperando…
Su sueño es seguir creciendo como artista, pintando, aprendiendo, sorprendiéndose y sorprendiendo con su trabajo.
Está convencida que cada cosa en la vida tiene su momento y que
lo más bonito son las personas. Las relaciones humanas, los lazos de amistad, los encuentros, las conexiones, lo que compartimos, es lo más valioso.
La pintura es una magia, un misterio, y Coral dedica su vida a resolver ese misterio. El arte es un mundo en el que se puede expresar, y en el que es feliz aprendiendo, buscando y creando.
Muchas Gracias, Coral, por compartir tu bella y sensible Alma Creativa, por enseñarnos que, con pasión y curiosidad, lo cotidiano puede volverse extraordinario. Que el arte no está solo en lo que hacemos, sino en cómo vivimos, miramos y conectamos con los demás.
Gracias por recordarnos que, en la vida, todo llega en su momento y que lo verdaderamente importante es vivir con autenticidad y pasión, haciendo las cosas con corazón y honestidad.
Texto y voz Mariví Porras www.tuamigaonline.com
Música Audionautix.com